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Violencia contra el cuerpo y la identidad: Personas trans víctimas del conflicto armado
El Registro Único de Víctimas (RUV) de la Unidad para las Víctimas reporta a 6.307 personas que se autorreconocen como LGBTIQ+. Con esto, no intentamos afirmar que ésta es la cifra de personas con orientaciones sexuales e identidades diversas afectadas por el conflicto armado, ya que hay una falta de información debido a factores como el miedo a las represalias o prejuicios que experimenta esta población, que impiden que hoy se cuente con una cifra cercana a la realidad.
Más allá de esto, si bien el Registro incluye la variable de sexo o género, no incluye categorías que permitan identificar quiénes se autorreconocen como personas transgénero o transexuales. Es por esto que, en la Unidad para las Víctimas hemos adelantado acciones para solucionar el subregistro que podría invisibilizar las afectaciones a la población LGBTIQ+, buscando reconocer las experiencias de las personas que por su identidad han sido víctimas del conflicto armado.
Esto inicia por comprender que las personas trans también han sido víctimas del conflicto armado y que la mirada sobre las violencias que han sufrido requiere de un enfoque diferencial, pues responden a dinámicas particulares. En el marco del Día de la Ciudadanía LGBTIQ+, reflexionamos acerca de las afectaciones e impactos del conflicto armado sobre las víctimas de esta comunidad, a partir de informes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Comisión de la Verdad.
Afectaciones a las personas trans en el marco del conflicto armado
Los informes que documentan las victimizaciones a las personas trans en el conflicto armado, y de las personas LGBTIQ+ en general, coinciden en que las violencias ejercidas contra esta población son actos de discriminación y violencia estructural que buscan excluir de todos los ámbitos de la sociedad a quienes no se ajustan a la heteronormatividad.
En este sentido, tanto los actores armados como el Estado han sido responsables de las victimizaciones contra las personas trans. Los primeros por acción y el segundo por no haber podido garantizar sus derechos fundamentales.
El CNMH en su informe “Aniquilar la diferencia: lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en el marco del conflicto armado colombiano” añade:
Así, las afectaciones a personas trans responden a proyectos de control social y moral de las poblaciones. En otras palabras, tienen que ver con “una estrategia calculada para “limpiar” los territorios de una presencia que les resultaba incómoda o para “corregir” esas opciones de vida que consideraban contrarias al deber ser.”.
Las personas trans como blanco de guerra
En el mismo informe, el CNMH propone hacer evidente las formas en que los repertorios de violencia, regulación, control social y territorial de los actores armados legales e ilegales, responden a intereses económicos, ideologías políticas y prácticas militares, además del orden moral que desean implantar.
Los testimonios permiten ver cómo los discursos de actores armados estigmatizan y “justifican” las violaciones de derechos humanos en contra de las personas trans, por “apartase” del orden social establecido e ir en contra del orden moral de la sociedad, justificando actos tan atroces como la “limpieza social”.
En algunos casos, los actores armados han ejercido violencia física y psicológica para castigarles por sus conductas, oficios que ejercen, comportamientos o expresiones de género:
El informe revela que, en otras ocasiones las personas trans han sido castigadas e incluso asesinadas por su visibilidad cuando deciden organizarse colectiva y políticamente, y asistir a los espacios de participación y denuncia.
Adicionalmente, los espacios habitados por las personas trans están estrechamente ligados con los oficios que ejercen, lo que también las convierte en blanco para los grupos armados. En las áreas urbanas, el trabajo sexual se constituye como un oficio que pone en riesgo a mujeres trans. Estos lugares también son zonas de microtráfico, por lo que son disputados por diferentes actores armados ilegales o son escenarios de operativos de la fuerza pública en los que pueden ocurrir violaciones a los derechos humanos.
El cuerpo como territorio violentado: la violencia sexual sobre las personas trans
En el caso particular de las personas trans, la violencia sexual en este contexto ha tenido un carácter correctivo y disciplinante, como afirma el CNMH en su informe La guerra inscrita en el cuerpo. Por un lado, contra las mujeres trans, fue utilizada como un dispositivo correctivo por renunciar a su masculinidad y a los roles de géneros asignados socialmente, mientras que contra los hombres trans, “los actores armados hicieron uso de sus cuerpos en tanto “mujeres” y por ende “disponibles”, castigando su transgresión”.
Otra de las formas en que los cuerpos de las personas trans han sido violentados en el contexto del conflicto armado, ha sido la idea de que se debe “purgar” a la sociedad de las personas que podrían afectar “la pureza” del orden social establecido. Ejemplo de esto, son las zonas donde han ejercido control grupos paramilitares, donde se han llevado a cabo procesos de “limpieza social” en contra de mujeres trans que son trabajadoras sexuales.
El CNMH señala en el mismo informe, que la violencia sexual en contra de las mujeres trans que son trabajadoras sexuales es tan frecuente, que llega a naturalizarse, al punto que dicha naturalización comienza a formar parte de las estrategias de afrontamiento que permiten que las mujeres trans continúen con su vida, a pesar del miedo y la violencia que sufren, ya que “la conservación de vida es la prioridad”.
Los impactos del conflicto sobre las personas trans
En el informe final, Mi cuerpo es la verdad: experiencias de mujeres y personas LGBTIQ+ en el conflicto armado, la Comisión de la Verdad aborda los impactos que las violencias tuvieron en las personas trans.
- Impactos psicosociales:
De acuerdo con este informe, las personas LGBTIQ+ debieron ajustarse a las normas de género que fueron reafirmadas en el conflicto:
- Impactos físicos:
Las partes sexualizadas de los cuerpos trans sufrieron violencias específicas por lo que representan para sus construcciones de género y sus sexualidades. Esto con la intención de los actores armados de “corregir” lo que se desviaba de la norma:
A pesar de lo mencionado, los cuerpos trans se han constituido como un territorio de resistencia frente a las imposiciones y violencias cometidas dentro del conflicto contra quienes se desvían de las normas del género y la sexualidad. “Mostrarse” ante la sociedad y transitar según su identidad, se ha convertido en un ejercicio de resistencia para quienes, aún con miedo y en riesgo de sufrir vulneraciones a sus derechos humanos, desafiaron las imposiciones del deber ser.
El cuerpo trans se convierte, entonces, en un territorio de paz. Para la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans (GAAT), el cuerpo para las personas trans:
- Hacia la visibilización y caracterización diferenciada
Estamos ajustando el formato que se diligencia cuando las personas declaran para incluir las categorías de identidad de género y orientación sexual.
2. Formación a los valoradores
Hemos establecido procesos de formación permanente para que las personas que valoran las declaraciones tengan una mejor comprensión y sensibilidad frente a los impactos que el conflicto armado ha generado en las personas trans y usen lenguaje incluyente en los actos administrativos en los que se les comunica la decisión frente a su inclusión en el Registro.
3. Calidad en los datos de las víctimas LGBTIQ+
Estamos trabajando con el Ministerio de la Igualdad y Equidad, para construir rutas para normalizar los datos y el estado de inclusión de las personas LGBTIQ+ en el RUV, buscando también establecer la marcación diferencial y el tipo de violencias que las han afectado.